En estos momentos en los que se multiplican las promesas electorales, queremos dar voz a quien no la tiene y, sin embargo, sufre el impacto de las actividades procedentes de nuestras sociedades desarrolladas: el medio ambiente y todas las especies que comparten con nosotros la vida en el planeta.

El cambio climático, del que tanto se ha hablado desde la Cumbre de París del pasado diciembre, nos hará la vida más difícil, con la subida de temperaturas, olas de calor, fenómenos meteorológicos intensos y subida del nivel del mar. Pero también la contaminación diaria a la que nos exponemos, desde el tráfico urbano a los químicos agrícolas, que llegan a nuestros pulmones y a nuestra mesa. No es casual el número creciente de alergias y asma, además de otras enfermedades más severas, que continúan su aumento entre niños y adultos.

Porque todo daño que hacemos al medio, al final revierte sobre nosotros. Numerosos estudios revelan que la contaminación y el calor agravan las enfermedades y aumentan la mortalidad, especialmente en grupos de población vulnerable, como enfermos crónicos o ancianos. Otros compuestos, como los alteradores hormonales, presentes en tantos productos de uso cotidiano, generan enfermedades y cáncer. La Organización Mundial de la Salud reconoce que hasta un 85% de las “enfermedades de la civilización” tienen causas ambientales.

Sin embargo, no está todo perdido. Podemos mejorar nuestro entorno haciéndolo más limpio y saludable, si decidimos poner de nuestra parte. Ante una situación de desafío, como la actual, es necesario un cierto esfuerzo personal que cambie hábitos en nuestra movilidad (primando el transporte público y no contaminante), nuestra dieta (adquiriendo productos locales y de temporada, y reduciendo la ingesta de carne), nuestro hogar (ahorrando energía y conservando los materiales) y nuestro consumo (no dejándonos llevar por los dictados de la moda).

Igualmente es necesario organizarse para reflexionar juntos, decidir cómo actuar y llevar a la práctica propuestas e iniciativas.

Queremos que este Día Internacional nos recuerde la necesidad y el derecho que todos los ciudadanos tienen a un medio limpio y saludable. Todavía estamos a tiempo para cambiar, y el futuro se construirá en función de las decisiones que entre todos tomemos. Sepamos, especialmente, en estos días preelectorales, exigir compromisos en el ámbito político, al tiempo que ejercemos los nuestros en el plano personal, familiar y comunitario. Sólo así podremos converger con otras opciones que también caminan hacia un mundo justo, sostenible y equilibrado.

5 de Junio de 2016